Museo Libre de Arte Público
de Colombia

El Museo Libre de Arte Público de Colombia es una institución privada, sin ánimo de lucro, con una clara acción de reparación y reconstrucción del tejido social a través de las artes plásticas como medio reparador y transformador del individuo y la comunidad. Por tal razón, los talleres que se dictan en dicha entidad tienen un enfoque educativo y de crecimiento personal.

 

Esta iniciativa privada, que tiene apoyo estatal, surgió en el 2012 a raíz de la celebración de la I Bienal de Muralismo y Arte Público en la ciudad de Cali. La primera colección fue producto del encuentro nacional e internacional de artistas que, por medio del muralismo, dejaron huella en diferentes lugares de la capital vallecaucana.

 

Uno de los principales eventos que organiza este museo es la Bienal Internacional de Muralismo y Arte Público, la cual integra a los sectores público y privado, instituciones educativas y culturales, y a la comunidad en general. Este encuentro, que tiene una periodicidad bianual, se desarrolla en la ciudad de Cali a lo largo de diez días, en los cuales se hacen intervenciones simultáneas en diferentes lugares de la ciudad con un enfoque turístico y social, tales como la creación de obras de arte, conferencias y exposiciones abiertas al público en forma gratuita.

 

Del 11 al 20 de noviembre de este año se llevó a cabo la II Bienal, que contó con el apoyo de la empresa privada y organismos gubernamentales, entre éstos el Programa Fortalecimiento de Museos (PFM). El acto de cierre fue un conversatorio en la Biblioteca Departamental con todos los artistas que participaron en este encuentro.

 

Correo: comunicaciones@museolibre.org
Teléfono: (57-2) 381 7583
Dirección: Avda. 4A Norte # 37AN-15
Cali (Colombia)

Juan Romero
Comunicador
Museo de Arte del Tolima

Funcionario del Departamento de Comunicación y Relaciones Públicas del Museo de Arte del Tolima (MAT) desde el año 2013. Cursó el diplomado en Gestión de Colecciones y Curaduría de Exposiciones de la Universidad Nacional de Colombia, el diplomado de Comunicación Organizacional y el programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Tolima en 2014.

 

¿Por qué es importante que un comunicador social labore en un museo?
Porque es fundamental garantizar el acceso de los comunicadores sociales a las entidades museales para alcanzar la democratización de la cultura. Nosotros debemos utilizar los medios de comunicación para integrar el sector museal, consolidar la imagen de los museos, seducir al público objetivo y construir escenarios de interacción entre los museos y la gente, es decir, hacer a las personas parte integral de los museos y a los museos parte integral de las personas.

 

¿Qué debería hacer la comunidad para proteger y visibilizar los museos?
Ante todo, hay que democratizar las entidades museales. Los museos deben responder a los intereses de las comunidades, integrar a las poblaciones a sus actividades y transformarse en instituciones de incidencia social; y las comunidades, a su vez, deben empoderarse de las entidades museales. Por ejemplo, en la actual coyuntura política, proceso de paz, buena parte de la población demandó la aparición del Museo Nacional de la Memoria, dinamizado por las víctimas del conflicto armado.  

 

¿Cuál es el papel de los entes educativos en la visibilización de los museos?
Las instituciones educativas cumplen un papel importante en la visibilización de las entidades museales, gracias a su estrecha relación con las entidades culturales que también cumplen una labor formativa. Para ahondar en este propósito, las entidades educativas deben profundizar en los contenidos culturales de todos los niveles del sistema educativo y mostrar a las entidades museales como centros de expresión y creación de nuevas experiencias a través de los contenidos que ofrece el patrimonio cultural de la nación. 

 

Museo de Arte del Tolima
Carrera 7 # 5-93, barrio Belén
Tels. (57-8) 273 2840 - 273 3088
info@museodeartedeltolima.org
http://www.museodeartedeltolima.org/

 

Los museos: espacios de cultura, espacios de aprendizaje

Magda Fernández (2003). IBER. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, Nº 36, abril-mayo-junio, pp. 55-61.


Resumen


El artículo trata de la evolución de los museos como espacios de cultura y de aprendizaje  en la enseñanza reglada a lo largo de las dos últimas décadas. Espacios de cultura donde muchas veces se ha hecho una verdadera revolución didáctica, mucho más potente que la llevada a cabo dentro de las aulas. Las argumentaciones se basan en la experiencia de diez  años de asesoramiento didáctico dado en un museo –Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya–, al igual que en las fortalezas y las debilidades de los museos como contenedores de conocimiento en el momento actual; así mismo, se argumenta la necesidad de establecer contactos más estrechos entre los centros de enseñanza y los museos para aunar esfuerzos orientados a lograr objetivos comunes. Para ello se propone la figura de un mediador en patrimonio, que facilite la comunicación entre ambas instituciones.


Las visitas a museos ocupan gran parte de las actividades fuera del aula programadas por los centros de enseñanza. Al comienzo del curso escolar, dichos centros de museos y otros espacios patrimoniales, tanto culturales como naturales, envían bastante información por medio de la cual ofrecen sus servicios. Quizás tendríamos que preguntarnos si la relación escuela/museo  ha variado a lo largo de las últimas décadas y cuál es la situación actual.
Desde mi experiencia como asesora didáctica del conjunto de museos que forman el Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya, puedo opinar que en los últimos quince años las relaciones escuela/museo han sufrido un cambio positivo. La implantación de la tan denostada reforma educativa en la década de los ochenta, aunque produjo una aminoración de las ciencias sociales, principalmente de la historia, significó un cambio positivo en cuanto a la revalorización de la metodología y del dominio del método por parte de los alumnos1. Esta nueva situación ha permitido a los museos, espacios de cultura y conocimiento, desempeñar un papel importante en la educación formal.


Las fortalezas de los museos: los museos como contenedores de conocimiento y como recurso didáctico
Los museos, en un momento de cambio también en su estructura, empezaron a diseñar estrategias para captar diferentes tipos de público, entre ellos el escolar, debido a que dentro de los vértices del triángulo conservación-investigación-difusión, este último  vértice empezó a tener la misma categoría que los dos restantes. Por tal razón, en un gran número de museos y de espacios patrimoniales se desea conocer las necesidades de este segmento de público para poder desarrollar estrategias que atraigan a los futuros visitantes y así revalorizar los servicios educativos, pedagógicos y didácticos con que cuentan numerosos museos. Los más exitosos han sido, sin duda, los que han tenido más clara su función dentro de la enseñanza formal y han aplicado de manera correcta el término didáctico en sus productos, sin utilizarlo exclusivamente como una herramienta  de marketing para vender más.


Pese a que los museos siempre han tenido claro su papel cultural como depositarios de conocimiento, a menudo estos conocimientos se han dirigido a un público erudito, nada despreciable; sin embargo, cuando se han comprometido a ser espacios de instrucción, educación y divulgación orientados a público diverso, entre ellos al escolar, se han visto obligados no solamente a presentar su patrimonio sino a hacerlo comprensible. Esto ha implicado saber transferir todo un conjunto de conocimientos científicos, de modo que  facilite llenar el saco del bagaje cultural del que todo ciudadano debería disfrutar.


Esta preocupación por llegar a un público no erudito ha sido quizás más fuerte en los museos de ciencia y tecnología. Las supuestas dificultades de comprensión del mundo tecnológico-científico han motivado que, desde un principio, se haya intentado acercar  el conocimiento “sabio” a la divulgación por medio de los temas tratados en sus muestras o exposiciones.


En el campo de las humanidades –geografía, arte, historia, antropología...–, parece mucho más fácil acomodar estos conocimientos a la divulgación. Pero esta no es la realidad. Se parte muchas veces de principios generales que no encajan en el marco concreto estudiado y en lugar de divulgar fácilmente se vulgariza. Es fácil opinar, dar juicios de valor, etc., sobre hechos históricos o sociales sin documentarse, sin seguir un método científico, sin una intervención didáctica. Nadie se atreve a discutir el método de un biólogo o de un químico, pero todo el mundo se atreve a hacer de historiador, de geógrafo, de analista social. Es preciso tener mucho cuidado en la presentación y divulgación en el campo de las humanidades2.


Por otro lado, la aparición de las áreas de conocimiento implica la necesidad de introducir la interdisciplinariedad y la multidisciplinaria entre los saberes disciplinares. Los museos  son espacios privilegiados para tratar los temas desde esta óptica global que facilita el proceso de enseñanza-aprendizaje3. Este sistema implica la necesidad de trabajar en equipo dentro y fuera del museo.

 

Las debilidades de los museos: la necesidad de adecuarse a una sociedad cambiante


A pesar de haber avanzado enormemente, estamos muy lejos de tener unos servicios educativos en los museos que funcionen siguiendo una filosofía y unos objetivos instructivos y educativos concretos. Con frecuencia los servicios educativos se ciñen a la concertación de visitas de diferentes tipos y a la elaboración de algún tipo de material didáctico. Los servicios educativos o didácticos siguen siendo los parientes pobres del museo, con bajo presupuesto y donde muchas veces se hace una labor didáctica o de divulgación para hacer comprensible una exposición. También es frecuente "externalizar" el servicio, es decir, encargar a empresas externas la gestión de este servicio con un control más o menos directo sobre las finalidades y los objetivos. Esta externalización de servicios no es incorrecta, siempre y cuando la institución tenga claros sus objetivos y les haga un seguimiento para ver su cumplimiento.
Resulta indispensable, entonces, una evaluación de resultados a partir de un estudio de público –tanto profesorado como alumnado– que permita conocer si los objetivos del proceso de enseñanza-aprendizaje se cumplen y, en caso negativo, incidir en los cambios pertinentes.


Así mismo, se requiere tener un conocimiento profundo de los cambios en los programas escolares reglados para poder adaptar la oferta a las necesidades de la escuela reglada. Pero esta adaptación no puede circunscribirse exclusivamente a lo que decrete el ministerio correspondiente. Debe ir más allá, analizar la sociedad actual y tener una visión de futuro. Conceptos como globalización, local-global, interculturalidad y multiculturalidad tienen que dejar de pertenecer al mundo erudito o de la prensa y penetrar en las propuestas que ofrezcan los museos como espacio de cultura para una mayor comprensión del mundo actual. Pensemos en los perfiles de los futuros alumnos de primaria y de secundaria que frecuentarán los museos y los espacios culturales. ¿Cómo integraremos a hijos de inmigrantes a una cultura común sin dañar su cultura de procedencia? ¿Qué elementos se pueden utilizar para mostrar más las afinidades entre culturas que las diferencias? Estas son algunas de las preguntas que los espacios de cultura, como los museos, también deben empezar a formularse para ayudar a la creación de una sociedad madura y responsable.
Para terminar este apartado, hay que hacer notar que los museos cada vez más ejercen directamente una acción de instrucción científica, ya sea porque el docente no tiene tiempo para profundizar en los contenidos científicos o porque se considera que carece de la formación suficiente.

 

Las relaciones museos - centros de enseñanza


Las relaciones entre ambas instituciones convergen cada vez más. La organización de encuentros, las visitas preparatorias organizadas por los museos, las propuestas didácticas enviadas a los centros han facilitado la comunicación entre museo y escuela. Algunos departamentos de didáctica de las ciencias sociales han actuado como mediadores para acercar los puntos de vista y las necesidades mutuas, así como también algunos museos han organizado seminarios permanentes de educación4.
La interacción entre museos y escuela ha de ser, sin embargo, más profunda. En estos momentos existe un cierto desencanto en el cuerpo docente, motivado por múltiples factores, y en los museos hay falta de recursos para mejorar propuestas o analizar y plantear nuevas. Es necesario prever también que la entrada de nuevos docentes en la enseñanza reglada, formados en unos planes de estudio donde no se ha profundizado en las bases disciplinares mínimas de las distintas áreas que ha de tener un docente, sobre todo en enseñanza primaria, crea unos déficits conceptuales importantes.


Los actuales planes de estudio de las facultades de educación carecen de una formación  en las disciplinas referentes de cada área de conocimiento. Creo que hay que reflexionar sobre la necesidad de exigir en los cursos de formación de maestros, especialmente en primaria, una profundización en los conceptos principales de las distintas disciplinas  referentes que inciden en el área de sociales, principalmente en geografía e historia, además de incidir en las estrategias de enseñanza-aprendizaje.  No  es lo mismo aprender para enseñar que aprender para pasar un examen, como ocurre  en el bachillerato.


Desde esta óptica, es clave el papel de los museos como espacios de instrucción, de transmisión de conocimientos, ya que pueden ayudar a remediar las falencias de la escuela. Por ello es muy necesario que la relación escuela-museo se focalice en  la relación con los docentes para facilitarles la información, actualización y formación de contenidos más que con los alumnos. Incluso en el ámbito del usuario es más importante la relación con el profesor porque es el “cliente” potencial y directo, el que aportará el público escolar. Sería interesante que las administraciones educativas locales, autonómicas o estatales se preocuparan más en equilibrar la vertiente científica y disciplinar y la vertiente pedagógica de los profesionales docentes, como se indica en el Informe Delors5. Un marco idóneo sería la formación continuada a través de programas conjuntos entre la administración educativa y la cultural, programas que no fueran esporádicos ni puntuales, sino  pensados como proyectos a corto, mediano y largo plazo.

 

¿Es necesaria una didáctica del patrimonio?


Los museos, como contenedores patrimoniales, precisan de un personal especialista en tratar los temas patrimoniales. Todos los bienes patrimoniales son objetos de estudio que movilizan saberes, proporcionan información y generan conocimiento más allá de sí mismos. A la vez, son valiosos instrumentos procedimentales que permiten que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea estimulado por la emoción de construir el conocimiento mediante el desarrollo de competencias cognitivas a partir de la participación activa. El conocimiento del patrimonio comporta, además, una valorización de las sociedades del pasado por parte de la sociedad actual. Conocer, valorar y respetar el patrimonio implica también una educación en valores. El conocimiento del patrimonio cultural no constituye un fin en sí mismo, es más bien un medio que se puede utilizar para incidir en las formas y en las características de las relaciones sociales. Y es aquí donde se requiere una didáctica del patrimonio para hacerlo comprensible, darle sentido y aprovechar su potencial educativo.


En buena parte, la didáctica del patrimonio se está conformando como didáctica específica a partir de la larga experiencia didáctica en la acción educativa en el campo de las ciencias sociales (geografía, historia, historia del arte, historia de la tecnología, etc.). Los aportes de la didáctica a esta área del conocimiento y su experiencia durante más de cien años fundamentan actualmente las estrategias de promoción y de difusión del patrimonio más avanzadas: la enseñanza activa, el valor del aprendizaje significativo, la importancia de la observación y de la experimentación, la necesidad de contacto con la realidad, etc.


Equipos de  trabajo y de investigación compuestos por didactas, profesores y personal de museos  son necesarios para formar especialistas en esta materia que vayan más allá de la educación formal, que puedan actuar en campos de actuación emergente, como el turismo cultural, por ejemplo.


El término mediación se utiliza mucho en psicología, sociología y pedagogía. Trata preferentemente de la resolución de conflictos entre dos partes, con la participación de un tercero, el mediador, que está habilitado para ayudar a las partes en conflicto a que puedan alcanzar voluntariamente un acuerdo.

 

No es la resolución de conflictos lo que proponemos en la mediación didáctica en patrimonio. Creemos que las finalidades de esta clase de mediador deberían ser las siguientes:

  • Coordinar los diversos agentes sociales implicados en la difusión, la promoción y la explotación de un patrimonio que trabajan con un objetivo final común (la educación, en este caso).

  • Ser el puente entre la escuela y el museo; tendría suficiente conocimiento del funcionamiento y las necesidades de la escuela, así como del funcionamiento y las ofertas del espacio cultural (el museo, en este caso). Todo ello facilitaría el trabajo  y las relaciones de ambas instituciones.

  • Aplicar los principios de la didáctica del patrimonio a los proyectos y actividades  relacionados desde el museo para la escuela, enfatizando en la visión sistémica del patrimonio.

  • Destacar la importancia de la mediación didáctica respecto a los saberes disciplinares que haga posible la transferencia de los conocimientos de las disciplinas referentes a un elemento mediador (guías, material informativo, elementos interactivos, etc.) para hacerlos comprensibles.

  • Evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje tanto desde las necesidades de la institución museística (que no tienen por qué coincidir con los escolares) como desde el centro de enseñanza, para analizar las fortalezas y debilidades observadas y poder prever acciones modificadoras.

 ¿Dónde encontrar esta especie de mirlo blanco de la didáctica? ¿Dónde formarlo? La respuesta la tenemos nosotros, profesores y responsables de museos. Es un reto que tienen que recoger tanto los departamentos de didácticas específicas (en nuestro caso, de ciencias sociales) como los museos. La didáctica del patrimonio puede tener un excelente futuro. Es una didáctica compleja, pero que puede ayudarnos a comprender nuestro mundo, nuestra sociedad, porque como dice Edgar Morin7, “la sociedad está presente en cada individuo en conjunto a través de su lenguaje, su cultura, sus normas”, y nos atrevemos a añadir: y su patrimonio.


Notas
1. Para profundizar en este tema, ver F.X. Hernández (2002). Sociedad, patrimonio y enseñanza. En La geografía y la historia, elementos del medio. Aulas de Verano. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pp. 245-277


2. Para profundizar más en el nuevo papel de los museos en la sociedad actual, ver E. Hooper-Greenhill (1998). Los museos y sus visitantes. Gijón: Trea.


3. Siguiendo este principio, el Museu de la Ciència i de la Tècnica de Catalunya inició hace diez años una serie de publicaciones dirigidas al público en general y a los centros de secundaria y bachillerato en particular, con la finalidad de dar a conocer el patrimonio industrial, en este caso el catalán, desde tres ejes estructurantes: ciencia, técnica y sociedad. Los Quaderns de Didàctica y Difusió (se están traduciendo al castellano y al inglés) se han elaborado a partir de esta filosofía. Para ello se ha trabajado en equipo. La coordinación, el dibujante y la maquetación de los cuadernos están a cargo siempre de las mismas  personas. La participación de cada museo consiste en aportar todo tipo de fuentes documentales que permiten elaborar el discurso científico y hacer la mediación divulgativa y didáctica. Finalmente, todo el equipo acuerda los contenidos siguiendo el esquema general que da coherencia a la colección. La piedra angular son los edificios patrimoniales industriales contenedores de los museos y, a la vez, el primer objeto del museo; a través de ellos se intenta abordar la relación entre ciencia, técnica y sociedad en un marco espacial (Catalunya) y temporal (siglos XVIII al XX). Actualmente hay 16 cuadernos que ayudan al conocimiento del proceso de industrialización.


4. Como ejemplo del primer caso, el Departament de Didàctica de las Ciències Socials de la Universitat de Barcelona, en conjunto con el ICE, organizó el seminario sobre el patrimoni  museístic i l’ensenyament de les Ciències Socials (curso 1997-1998). Al año siguiente organizó, gracias a la colaboración del Institut Municipal d’Educació de Barcelona, el seminario “Recursos i estratègies per a la producció de materials didàctics  en els museus”.
Como ejemplo del segundo caso, el Museu Marítim de Barcelona tiene un seminario permanente sobre museos y educación que ya lleva cinco jornadas.


5. Para profundizar en el tema, ver AA.VV. (1996). La educación encierra un tesoro. Informe a la Unesco de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, presidida por Jacques Delors. Madrid: Santillana/Unesco, pp. 171-172.


6. La reivindicación de una didáctica del patrimonio empieza a tomar fuerza en distintos sectores. Ivo Mattozi, profesor de la Universidad de Bolonia, ha reflexionado sobre el tema en La didattica dei beni culturali: alla ricerca  di una definizioine a  Il museo como laboratorio per la scuola. Terza Giornata  Regionale  di Studio  sulla Didattica Museale. Padova. Academia Galileiana. 12 novembre  1999. Los departamentos de didáctica de las ciencias sociales de la Universidad de Huelva y de la Universidad de Barcelona   desarrollan una línea de investigación  sobre este tema.


7. Edgar Morin (2001). La mente bien ordenada. Repensar la reforma. Reformar el pensamiento. Barcelona, Seix Barral,  p. 124.

 

Publique sus investigaciones en El Itinerante

El Programa Fortalecimiento de Museos (PFM), del Ministerio de Cultura, invita a docentes, investigadores y personas vinculadas al sector museístico a publicar sus investigaciones en el boletín mensual El Itinerante.
Con esta convocatoria se busca difundir textos que complementen e incentiven investigaciones sobre museografía, museología, gestión cultural y otros temas pertinentes al sector de los museos en el país.


El Itinerante, conocido como El Quincenal hasta 2011, se puede consultar en la página web del PFM (www.museoscolombianos.gov.co).


Los interesados pueden enviar sus textos al correo electrónico jfelix@museonacional.gov.co.

Bases de la convocatoria
  • Los textos deben ser de su propia autoría, en cumplimiento de las leyes de derechos de autor comprendidas en la Decisión Andina 351 de 1993.

  • Los escritos enviados deben tener una extensión máxima de dos (2) cuartillas.

  • Las  citas deben escribirse según las normas APA.

  •  Se recibirán textos únicamente en español.

  • Si desean incluir imágenes, éstas deben tener un peso mínimo de un (1) mega y unas medidas mínimas de 1.024 ×  768 pixeles.

  • No hay fecha límite para el envío de los textos.

Más informes sobre la convocatoria
Jaime Félix
Asesor del Programa Fortalecimiento de Museos
Teléfono: 381 6470, ext. 2215
Correo electrónico: jfelix@museonacional.gov.co
www.museoscolombianos.gov.co

 

 


 

Un nuevo concepto en tiendas de museos y merchandising cultural

 

Prodim Asociados es una empresa del sector cultural especializada en servicios y productos que generan sostenibilidad económica y social a las instituciones culturales.


La compañía ofrece, tanto al sector público como privado, una plataforma para la creación y gestión de tiendas para museos, centros culturales, eventos y otras actividades de interés cultural, histórico o turístico ubicadas en Colombia.

 

Patricia Iriarte Diazgranados
Tel. (57) 310 354 0130
www.prodimasociados.com
prodimasociados@gmail.com
Barranquilla, Colombia